jueves, 30 de septiembre de 2010

Solo

Desde las horas de mi infancia,
yo nunca fuí como los otros;
no vi jamás como los otros vieron,
no adoré ni odié como todos.
En la fuente común, yo nunca
bebí mis penas ni mis gozos;
y soñé siempre sueños míos,
y cuanto amé, lo amé yo solo.
Pues ya en mi infancia -en esa aurora
de mi destino tormentoso-,
de cada Ser: -de cada abismo
que el Bien y el Mal lleva en su fondo,
surgió ante mí- surge el Misterio,
que embruja el alma silencioso:
surgió del torrente o la fuente,
del quieto monte y mar sonoro,
del lento sol que esclarecía
los áureos tintes del otoño,
del relámpago que incendiaba
sobre mi frente cielos lóbregos,
del trueno bronco y la tormenta
o de la nube que allá en lo hondo
de un claro Cielo, perfilaba
quizá un Demonio ante mis ojos.

/Edgar Allan Poe/

sábado, 25 de septiembre de 2010

Epigrama 1

Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.
Los he escrito sencillos para que tú los entiendas.
Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,
un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica.
Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,
otras soñarán con este amor que no fue para ellas.
Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,
(escritos para conquistarte a ti) despiertan
en otras parejas enamoradas que los lean
los besos que en ti no despertó el poeta.

/Ernesto Cardenal/

viernes, 24 de septiembre de 2010

Epigrama 3

Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

/Ernesto Cardenal/

domingo, 19 de septiembre de 2010

Epigrama 6

Yo he repartido papeletas clandestinas,
gritando: ¡VIVA LA LIBERTAD! en plena calle
desafiando a los guardias armados.
Yo participé en la rebelión de abril:
pero palidezco cuando paso por tu casa
y tu sola mirada me hace temblar.

/Ernesto Cardenal/

sábado, 18 de septiembre de 2010

Epigrama 13

Tomarse con los brazos el uno al otro,
dándose cada uno a los brazos del otro.
Qué diferente sentirte dentro de uno
que sentirse uno solo dentro de uno
es decir, vacío.
¿Será que es soledad tu abrazo
y tus besos sólo sed?
Me parece oírte que de mí no te sacias nunca.
Yo que fui antes buen catador de amarguras.

/Ernesto Cardenal/

martes, 14 de septiembre de 2010

Miserable Cátulo

Miserable Cátulo, basta de locuras.
Lo perdido está perdido.
Hubo días luminosos
cuando ibas a donde ella deseara.
La mujer amada
lo será como ninguna otra.
entonces tú querías gozos sin fin
y ella también.
Hubo días luminosos.
Ahora ella no quiere. Tú deja la debilidad.
No quieras,
no sigas si huye, no vivas tristemente,
levanta el ánimo, soporta.
Adiós, mujer. Cátulo soporta.
Jamás volverá a buscarte ni a rogarte
contra tu voluntad.
¡Sufrirás mucho cuando nadie te ruegue!
Eres malvada, ¡pobre de ti, la vida que te aguarda!
¿Se te acercará alguno? ¿Te verán bella?
¿Amarás a otro?
¿A quién dirán que perteneces?
¿A quien besarás? ¿Qué labios morderás?
Y tú, Cátulo... soporta.

/Cátulo/

lunes, 13 de septiembre de 2010

Hola, joven

Hola, joven... Tu nariz
no es pequeña,
tus pies no son bellos ni tus ojos negros,
no tienes dedos largos ni la boca limpia
ni, por cierto, una lengua elegante.
Amiga del formiano dispendioso.
¿Acaso eres la que más allá de la frontera
comparan con mi Lesbia?
¡Siglo verdaderamente estúpido y grosero!

/Cátulo/